Esta práctica, que ha sido prohibida en varios países del mundo como Alemania y Francia, ya tiene dueños en el país.
Qué es el Fracking
El Fracking o fraccionamiento hidráulico es una forma de explotación de hidrocarburos en la que una mezcla de agua, arena y productos químicos es inyectada al subsuelo a alta presión con el fin de fracturar la tierra y liberar los hidrocarburos en forma de gas que están en los esquistos que son la parte más profunda de este subsuelo. Esta práctica ha sido condenada por su impacto en la salud humana que es fruto de los gases que emana, por los efectos que tiene sobre el medio ambiente que se ven, sobre todo, en las fuentes de agua que quedan contaminadas por elementos radioactivos, por contaminar la atmósfera y por alterar las placas tectónicas generando temblores.
Aunque los defensores de esta actividad han dicho que estos son mitos, el Servicio Geológico de Estados Unidos, donde más de 15 millones de personas viven a menos de un kilómetro de un lugar donde se hace fracking, encontró que el número de temblores ha pasado de 20 a 100 desde octubre de 2013 en estados como Oklahoma y Ohio debido a la reinyección del agua no reciclable en la tierra que se hace en esta actividad.
Según Emily Brodsky, física especializada en terremotos de la Universidad de Santacruz en California, la rapidez con se pierde el agua en los procesos de fracking es lo que estaría causando estos temblores.
La situación en Colombia
En 2012, cuando Juan Gabriel Uribe era ministro de Medio Ambiente, la Contraloría emitió una advertencia para Minambiente y la Anla sobre los riesgos ambientales de este tipo de explotación. Aparte de ennumerar estos riesgos, el ente regulador solicitaba, por encima de todo, que si llegaba a aprobarse esta práctica en el país
se hiciera siempre teniendo en cuenta el medio ambiente y sus necesidades.
Por sus efectos nocivos para el mambiente y la salud de los seres humanos esta actividad ya recibió una sanción en Estados Unidos que hizo que una petrolera tuviera que pagarle a una familia, los Parr en Texas, una suma millonaria debido a efectos secundarios como: hemorragias nasales y sarpullidos. Así mismo, Francia prohibió el fracking del todo, Australia está en moratoria y República Checa y Bulgaria suspendieron las actividades de explotación mientras evalúan los daños que estas puedan causar. Lo grave es que el tema no da para esperas.
Según el Ministerio de Minas y Energía, sin embargo, no hay peligro de que esto suceda en Colombia gracias a la reglamentación que expidió en marzo de 2014 para la explotación de yacimientos no convencionales. Para Amylkar Acosta, entonces ministro de Minas y Energía, “Este ha sido el resultado de un trabajo coordinado entre las distintas instancias del Gobierno Nacional donde se partió de la base del conocimiento más avanzado para lograr un
reglamento técnico que incentive a la industria, exija los mayores estándares de calidad, estimule las buenas prácticas y proteja el medio ambiente”. A pesar de esto, la reglamentación no establece medidas claras para cuidar las aguas ni para asegurar que la explotación se hará lejos de comunidades que puedan, como la familia Parr en Texas, presentar efectos secundarios de salud.
En la Ronda Colombia 2014, que ofreció un total de 98 bloques para explotación de hidrocarburos, 19 fueron ofrecidos para hacer fracking de petróleo y gas de esquistos o lutitas. En este evento el viceministro de minas y energía, Orlando Cabrales, afirmó que el “sector de hidrocarburos debe seguir apalancando el desarrollo del país”. Como fruto de esta ronda el lunes 11 de agosto se sabrá cuáles son las empresas a las que serán adjudicados estos bloques para usar esta técnica. Estosin que siquiera exista todavía una política pública sólida que asegure que la explotación se hará sosteniblemente.
Segun explicó Javier Sabogal, steward de la WWF en temas políticos en Colombia, en su blog “Tío Conejo” escrito para LaSillaVacia en mayo de este año” la principal preocupación no está relacionada con la cantidad de agua que se usa con esta práctica sino con el agua residual, es decir la que sale del proceso, que contiene contaminantes peligrosos. Un estudio, por ejemplo, de la Universidad de Texas encontró altos niveles de arsénico en aguas subterráneas cercanos a proyectos de fraccionamiento hidráulico, otro de la Universidad de Duke encontró altos niveles de radioactividad y salinidad cerca a un sitio de vertimientos de un proyecto de shale gas en Pensilvania, y un reporte del New York Times señaló que la gran mayoría de las plantas de tratamiento de residuos no pueden remover los materiales radioactivos para cumplir las regulaciones federales de agua potable, entre otros”.
Lo que esto deja claro es que, si bien tenemos algunos avances en materia ambiental, no estamos listos para exponer las cuencas de agua a una presión como la del fracking. Por ahora los bloques se entregarán a pesar de que varios ambientalistas y ong han pedido al gobierno que instaure una moratoria igual a la de Australia mientras se termina de elaborar la debida reglamentación para esta actividad.
¿Por qué se sigue haciendo fracking?
El diario británico The Independent publicó Marzo de 2014 un artículo donde mostraba que esta técnica estaba logrando que Estados Unidos produjera más barriles de petróleo que Arabia Saudita, mayor productor de petróleo en el mundo. Así mismo, reportó que la producción de gas se había aumentado a un ritmo tan acelerado que, de seguir así, podría dejar de depender de Rusia para abastecerse. Así, esta actividad no solo genera un bien económico evidente, sino que podría incluso llegar a alterar el orden geopolítico del mundo.